Levadura de cerveza, para dejar de fumar
El Domingo 31-03-1991
Diez consejos para dejar de fumar
Los diez últimos métodos, recomendados por especialistas, para dejar el tabaco. Algo que puede alargarle una vida de calidad.
Entre los fumadores, la frase más escuchada y repetida es “desde ahora mismo dejo de fumar”. LA VOZ le propone los sistemas más nuevos para conseguirlo.
Cada día aumenta el número de fumadores arrepentidos convencidos por las intensas campañas contra el hábito del tabaco, uno de los mayores enemigos para la salud, la mayoría de los especialistas coinciden en que, de no fumar, la tercera parte de los cánceres no llegarían a producirse.
Se estima actualmente que la influencia del tabaco en los cánceres de pulmón y de laringe es determinante en el 90 por ciento de los casos; en el cáncer de vejiga, en el 50%; y en las enfermedades coronarias, la primera causa de mortalidad en los países industrializados, en un 25%. En Europa, el tabaco causa unas 200.000 muertes cada año.
No es de extrañar ante estas cifras, que se produzca un deseo cada vez más creciente para dejar de fumar. Pero las presuntas víctimas de este letal alcaloide, la nicotina, que logran este objetivo tienen que atravesar la mayoría de las veces un verdadero calvario.
Los mejores métodos
Para tener éxito existen una serie de terapias más o menos efectivas. Los métodos que se exponen a continuación son, en opinión de los especialistas, los que proporcionan mejores resultados.
Auriculoterapia: Es una técnica reflexoterapéutica que sirve para aliviar los dolores y tratar los trastornos funcionales mediante la estimulación conveniente del pabellón de la oreja. Para el doctor José Luis Cidón, médico, cirujano y homeópata, esta técnica supone una auténtica revolución para el tratamiento de los pacientes que quieren dejar de fumar.
“La oreja es una estación neuronal muy importante intercalada entre nuestro cuerpo y nuestro cerebro (explica Cidón), y podemos pinchar uno puntos determinados que conectan directamente con lo que queremos tratar”.
“En el caso del tabaco realizamos un tratamiento para quitar la ansiedad”, prosigue. “Lo que hacemos es emplear unos puntos para regular todo el sistema nervioso, crear el síndrome de aversión y conseguir que se metabolice lo antes posible la cantidad de nicotina que corre por el torrente circulatorio”.
El pionero de la moderna auriculoterapia, el doctor francés Paul Nogier, describió siete zonas con una frecuencia de resonancia característica, que pueden utilizarse para estimular determinados órganos. “Estas frecuencias (dice el doctor Cidón) expresan la vibración electromagnética de los tejidos del organismo. Éstos emiten en determinadas frecuencia que, captadas por el sistema nervioso central, constituyen uno de los medios de integración entre periferia y sistema nervioso central”. En el caso concreto del tabaco se trabaja en las zonas E, F y G, las integradas en el tejido nervioso central. La E corresponde al tejido nervioso periférico y a la médula espinal. La F estimula el subcórtex, relacionado con el subconsciente, en el que se puede crear el síndrome de aversión al tabaco.
“Utilizo un monitor de actividad cerebral en aquellos pacientes que han sido reacios al síndrome aversivo y que a pesar de saberles mal el tabaco continúan fumando”. Explica el doctor Cidón. “En la siguiente sesión (continúa) empleo un programa de psicoterapia inductiva, y cuando entran en fase Alfa les introduzco un mensaje en su subconsciente, para que lo evoquen continuamente y rechacen fumar”.
Estimular la garganta.
La zona G implica directamente el córtex cerebral y, además, también se trabaja en las que cubren otras áreas, como la B, que estimula el endodermo, las vísceras y los órganos derivados de éste.
A modo de ejemplo, en la garganta se pueden dejar puestas agujas semipermanentes que el propio paciente estimula con un imán cuando siente ganas de fumar. El estímulo se puede hacer con rayos láser, agujas de oro o de plata, campos magnéticos y otros sistemas.
En hombres se produce un porcentaje de éxito del 98 por ciento después de una sesión, mientras que en mujeres el porcentaje se reduce al 82-83%, lo que se atribuye al mayor condicionamiento social de la mujer fumadora.
Isoterapia homeopática. Es un método muy moderno. Consiste en hacer una maceración para extraer la sustancia alcaloide activa componente del tabaco. Como todo procedimiento homeopático, se obtiene una gota de nicotina y de otros componentes y se diluye en un proporción determinada de agua. A su vez, esta gota se diluye de nuevo y el proceso se repite sucesivamente hasta alcanzar lo que se denomina un mol, que contiene una minúscula proporción de tabaco y nicotina y que es lo que el paciente se toma.
Aunque parezca algo ilógico, cuanto mayor se el número de disoluciones con la consiguiente disminución de los componentes tóxicos- mayor eficacia tendrá el tratamiento. El mol actúa a modo de vacuna, disminuyendo considerablemente el ansia de nicotina. Según los especialistas que practican esta técnica, el porcentaje de pacientes curados alcanza hasta un 90%.
Acupuntura. Esta técnica se emplea para estimular los órganos que refuerzan la voluntad del fumador y equilibran la energía de su cuerpo mediante agujas, estimuladores electónicos (electroacupuntura) o rayos láser (laserpuntura). La doctora Carmen Quintana, que practica este método utilizando electrodos, explica que éstos emiten pequeñas descargas en zonas específicas del cuerpo, a lo largo de los 12 meridianos o canales de energía. Previamente, el cuerpo del paciente es sometido a un chequeo general para comprobar si en él hay algún bloqueo de energía.
“Lo que se pretende es equilibrar esta energía (señala Carmen Quintana), y para ello colocamos los electrodos principalmente en los pechos, muñecas, centro de las palmas de las manos, sobre los pulmones y debajo de las rodillas, puntos binarios que, al ser estimulados, inciden sobre la capacidad de tomar decisiones, fortalecen la voluntad y reducen el nerviosismo y, sobre todo, la ansiedad, que es la que obliga a fumar”.
El tratamiento está contraindicado para mujeres embarazadas o en período menstrual y para personas con marcapasos o con problemas psíquicos agudos. Según Carmen Quintana, su eficacia es de un 80% para pacientes con una sola sesión, que dura un máximo de hora y media.
Auriculomedicina. También se aplica en el pabellón de la oreja, tomando a ésta como si fuera un feto invertido, por lo que en el lóbulo estarían representados los puntos que estimulan los órganos de la cabeza. Se complementa este método con la auriculoterapia, pero ambas técnicas utilizan distinto puntos para hacer la estimulación sobre el organismo, actuando de forma similar al otro método. Su porcentaje de eficacia se puede situar en un 60%.
Ozonoterapia. Se aplica también como un método complementario. Se basa en las propiedades del ozono, capaz de acabar incluso con bacterias y virus.
El método consiste en extraer sangre del fumador que quiere dejar el tabaco, tratar ésta con ozono y reintroducirla en su organismo para que ejerza su poderosa acción como desintoxicante.
Sustitutivos de la nicotina. Son programas que utilizan como procedimiento básico el cambio de comportamiento del fumador y la sustitución de la nicotina.
El programa Cigarret, el más extendido en todo el mundo, de Advantage Health and Fitness, de Costa Mesa, California, está constituida por una casete de audio de una hora de duración, con indicaciones de cómo efectuar la variación de la conducta del fumador; de los hábitos que lo incitan a fumar; un manual de instrucciones de 32 páginas; tabletas de sulfato de lanolina, para provocar el rechazo del cigarrillo; una mezcla de vitaminas y una tarjeta de bolsillo con el resumen del programa y una serie de puntos de apoyo a la voluntad de dejar el tabaco.
Desde octubre de 1987 también se comercializa en España el chicle de nicotina. El tratamiento con el chicle, que contiene dos miligramos de esta sustancia dura un mínimo de tres meses tomando de 8 a 12 chicles diarios, antes de reducir la dosis. En una primera etapa, el fumador abandona el hábito sin notar efectos negativos, y en una segunda, se retira la dependencia de la nicotina por reducción gradual del consumo.
Con el chicle se consigue disminuir la adicción física como terapia de apoyo. No da al adicto la satisfacción de fumar, pero lo libera del síndrome de abstinencia.
Fisioterapia. Consiste, básicamente en un tratamiento con plantas medicinales. Lo que logra este sistema es una ayuda para poder dejar el tabaco y desintoxicar el organismo. Se utiliza una combinación de distintas hierbas, ente las que se cuenta con la aspérula olorosa, eucalipto, menta y tusílago. Con una proporción adecuada de cada una de ellas se logra el efecto que esperábamos.
Otras ayudas para el enfermo pueden provenir, por ejemplo de la masticación del cálamo aromático, un buen sustituto del tabaco que, entre otras virtudes, actúa sobre los bronquios, a los que ayuda a recuperarse de la irritación que les producen los alcaloides y alquitranes del tabaco.
Levadura de cerveza, para dejar de fumar
Entre las medicinas denominadas naturales se encuentran en España los Curamelos, que son caramelos con extractos naturales y sal; Nicostop, cápsulas que contienen levadura de cerveza, regaliz, jengibre, calevo y corriando, y Umebol, un concentrado a base de ciruela, ume y polvo de jinenjo. Además, existen cigarrillos denominados sanos, como el de Ginseng, con hierbas aromáticas; los Honeyrose Mentol y Honeyrose de Luxe, también con estas hierbas, y el Bonel, con distintas plantas.
Hipnosis. Este método consiste en la utilización del subconsciente del fumador para eliminar el deseo de fumar. Se trata de introducir sugestiones hipnóticas que aparecen como mensajes subliminales en la mente del paciente tratado, con lemas como fumar acorta tu vida, no quiero volver a fumar o el tabaco te puede matar, y hacen que éste refuerce su voluntad y el convencimiento para dejarlo.
Al despertar el enfermo después de la sesión de hipnosis esta idea negativa contra el alcoide ya estara fija en su mente, y surgirá espontáneamente con solamente pensar que necesita fumar.
Control mental. Por este procedimiento se quiere conseguir que el paciente tome una actitud positiva ante las circunstancias. El objetivo primordial de este proceso es que consiga que sus deseos estén de acuerdo con su voluntad de no fumar.
Requiere práctica durante un tiempo, más o menos largo, para que poco a poco el ex fumador sienta como va desapareciendo su hábito de consumir tabaco.
Método aversivos. Son sustancias químicas que hacen repulsivo para el fumador el sabor de la nicotina. Entre los productos destinados a producir este efecto se encuentran las pastillas de quinina.
Un humo con 30 productos cancerígenos
En el humo del cigarrillo están contenidos 30 productos químicos cancerígenos y la mayor parte de las sustancias perjudiciales, entre las 800 identificadas en el tabaco y el papel del cigarrillo. En la zona de combustión la temperatura alcanza los 800-1000 grados centígrados durante la fase de aspiración del fumador y resulta insuficiente para la perfecta combustión de los componentes orgánicos que permanecen en la brasa durante los momentos de reposo.
A mediados de 1988 hizo su aparición en el mercado estadounidense un cigarrillo sin brasa y sin humo desarrollado por R.J.Reynolds, el mayor industrial tabaquero del país. El cigarrillo superpone a un filtro normal y a otro especial al tabaco, ocupando éste último menos de un cuarto de longitud total. Al conjunto se añadía una fuente calorífica envuelta por una capa protectora resistente y que proporcionaba la temperatura de combustión sin producir brasa. Por si el fumador echaba de menos el aroma, éste era introducido artificialmente en el extremo del cigarrillo.
Pero la apuesta más fuerte de la industria es el cigarrillo light, originario de Australia y de la Republica Federal Alemana. Un cigarrillo se considera bajo en nicotina cuando contiene unos 16 mg de nicotina, y algunos ultra-light llegan hasta los 2.5 mg. En noviembre de 1989 la empresa francesa SEITA estaba preparando en sus laboratorios de Bergerac un cigarrillo con un máximo de 15 mg de nicotina adelantándose a la normativa europea. El director del centro de investigación. Jacques Choteau, apuntó que el contenido de nicotina seguirá bajando, posiblemente hasta su desarrollo y recalcó el potencial papel de la manipulación genética para rebajar en el futuro la nicotina en los cigarrillos, aunque ello iría en detrimento del sabor del tabaco.
Desde los 35 mg de alquitrán autorizados en 1950 se pasará a los 15 mg en 1993, pero de confirmarse plenamente las investigaciones realizadas por la Universidad de Boston y otros centros universitarios, publicadas en la revista médica The New England Jounarl of Medicine, y tras los estudios realizados entre 1985 y 1988 con mujeres de menos de 65 años (el cliente más común de los cigarrillo light), las expectativas podrían cambiar. Según el estudio, aunque estos cigarrillos contienen menos nicotina y producen menos monóxido de carbono, no llegan a reducir los riesgos de un ataque cardíaco. La razón, dicen los investigadores, es que de una forma inconsciente la fumadora compensa la menor cantidad de nicotina, apurando más el cigarrillo y aumentando el número de unidades que consume diariamente con lo que al final acumula la misma cantidad de monóxido de carbono.