Por: María José
Las cifras que existen actualmente sobre el tabaco son espeluznantes: aproximadamente un 35% de la población española es fumadora, esto quiere decir que uno de cada tres españoles mayores de 15 años fuma; y uno de cada dos morirá por su culpa si no lo llegan a dejar. En España es la causa más importante de enfermedad y muerte evitable.
Gracias a las campañas sanitarias de sensibilización, la imagen del fumador está cambiando. Fumar ya no es considerado como un hábito más y un símbolo de independencia y madurez, aprobado socialmente. Está empezando a considerarse como una drogadicción, aunque suene excesivamente duro decirlo, pero la verdad es que provoca una dependencia tanto física como psíquica muy fuerte, así como la aparición del síndrome de abstinencia, igual que ocurre con cualquier droga.
La adicción al tabaco es un problema muy serio, y debe ser tratado por profesionales sanitarios, pues el síndrome de abstinencia al que se ve sometido un paciente que está dejando de fumar es tan fuerte que se refleja en ansiedad, tensión, somnolencia, disminución del ritmo cardíaco y la presión sanguínea, más ganas de comer y aumento del peso,… Además de que solamente el 10% de las personas que intentan dejar de fumar por su cuenta lo consiguen, mientras que el porcentaje aumenta cuando se recurre a ayuda profesional, alcanzando el 60%.
Para dejar de fumar es inevitable pasar por una serie de etapas de actitud ante este hábito que hay que superar para poder llegar a la meta final:
Etapa de precontemplación: es la primera fase que se encuentra un fumador, y se da en los primeros años de adicción. Todavía no ha experimentado ninguna consecuencia negativa derivada de este hábito y por tanto no existe la conciencia de estar realizando nada malo.
Etapa de planteamiento: menos de la mitad de los fumadores están en esta etapa. El fumador empieza a plantearse los beneficios de dejarlo, aunque sigue fumando.
Etapa de actuación: el fumador ya experimenta la conciencia de que es malo fumar y lo intenta dejar. Esta etapa puede llegar a repetirse varias veces.
Etapa de consolidación o mantenimiento: es aquella que se produce cuando el fumador ha dejado de fumar más de 6 meses. No es considerado ex-fumador hasta que no pasan 12 meses.
Etapa de recaída: afortunadamente son pocos los individuos que pasan a esta etapa, y aquellos que lo hacen se ven acompañados de una sensación de fracaso y pérdida de autoestima.
Dejar de fumar es un proceso largo, sin embargo la ayuda profesional y los variados métodos que existen para hacerlo son herramientas muy útiles para aquellos que deciden intentarlo.
Por: María José
La organometría es un sistema de medición de los órganos internos, que consiste en comprobar el estado funcional de éstos. Está basado en la relación que tienen los puntos de acupuntura con los órganos y sus partes integrantes.
Mediante el organómetro, se localizan los órganos especialmente afectados y se determinan las carencias, necesidades y los posibles remedios homeopáticos, alopáticos o biológicos que dependiendo del caso, el paciente necesite.
Mediante una pequeña corriente aplicada en un determinado lugar del cuerpo, se recogen los resultados de la medición. Se trata de un tratamiento que utiliza la propia energía del paciente para averiguar posibles desequilibrios energéticos internos. Estos desequilibrios se traducen en dos tipos de necesidades: puede que haga falta aportar energía al organismo o por el contrario puede que sea necesario extraer la energía que se acumula en exceso.
Es necesario aportar energía cuando se tratan procesos degenerativos, o cuando existen en el órgano afectado células viejas o muertas. Aportando energía, conseguimos estimular y tonificar las células restantes para compensar el deterioro de las que están afectadas. En el otro caso, seria conveniente restar energía a un órgano afectado cuando los grupos de células se están defendiendo de alguna sustancia patológica extraña, y están gastando demasiada energía para conseguirlo.
Esta terapia además, permite realizar un test de medicamentos a través del cual se puede obtener la medicación más adecuada para cada paciente y las dosis que son necesarias en cada momento.
La ventaja de este tratamiento es que no hace falta esperar para poder ver sus resultados como en el caso de un análisis de sangre, de orina o una radiografía. Se trata de una prueba fiable, que no es ni agresiva ni molesta. Y que no solo alerta de posibles enfermedades sino que también ofrece soluciones.
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