Los aditivos son sustancias que se añaden a los alimentos con la finalidad de aumentar su conservación, mejorar su aspecto y potenciar su color o su sabor. Aunque muchas veces esto puede resultar favorable, en la mayoría de los casos tan solo sirve para convertir un alimento de baja calidad en un producto que tenga buena pinta y pueda resultar más apetecible. La mayoría de los alimentos que consumimos tienen en su composición una gran cantidad de aditivos. No hay más que mirar la etiqueta que aparece en ellos para observarlo. Aunque las leyes en cuanto al etiquetado de los alimentos varía de unos países a otros, en todos es obligatorio que detallen el uso de estos aditivos. Éstos, a veces, aparecen en las etiquetas especificados con su nombre y otras con un número. Las autoridades sanitarias someten a un control muy exhaustivo a los aditivos, de tal manera que se asegure la inocuidad de los mismos. Esta inocuidad está relacionada más con la cantidad máxima de estas sustancias que se pueden utilizar en los alimentos, que a la propia naturaleza del producto.Este control actualmente es básico, ya que cada vez se añaden a los alimentos más aditivos y en mayor concentración, lo cual llega a provocar en algunas personas síntomas como dolores de cabeza o alergias. Como el tema de los aditivos preocupa cada vez más a la gente, y además existen más alergias alimentarias empiezan a aparecer en el mercado una mayor cantidad de productos que no llevan ningún tipo de aditivo en su composición y que se añaden a los que por ley no pueden llevar ninguno (leche, arroz, cereales, aceite vegetal virgen, agua mineral y de manantial, legumbres, café en polvo,…) Estos aditivos alimentarios pueden ser de varios tipos en función de su origen: naturales (de fuentes minerales, vegetales, animales) o artificiales. Aunque pueda parecer que los de origen natural son más inocuos que los artificiales no tiene porqué ocurrir siempre así. De hecho, existe una lista de aditivos “seguros” que se utilizan para alimentos, tanto de origen natural como artificial, que ha ido variando desde que se empezó a controlar la seguridad de los mismos. Es una lista que está en continuo cambio pues como todavía no está del todo demostrada la inocuidad de los aditivos en general, las autoridades encargadas de su control siguen pidiendo a los consumidores que avisen de cualquier reacción negativa que pueda darse con el consumo de productos con aditivos, para estudiarlos e incluirlos o excluirlos de la misma.
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