Aunque adelgazar hay que entenderlo como un proceso, que si se realiza correctamente, es realmente positivo y que puede cambiar para mejor la vida de quien se pone a ello, para la mayoría de las personas supone un verdadero sacrificio y a veces un peligro grave para la salud.
Las ganas por perder kilos hace que muchas personas sigan dietas que prometen un gran éxito en muy poco tiempo, y que no mencionan los inconvenientes que provoca adoptar esos hábitos durante un tiempo prolongado.
Se trata de dietas hipocalóricas principalmente, aunque también las hay disociadas, monotónas (desengrasantes) o cetogénicas.
Con ellas se priva al organismo de nutrientes esenciales para el funcionamiento del mismo, consiguiendo la pérdida de agua, masa ósea, muscular y muy poca grasa, con lo que a la larga son totalmente ineficaces.
Se caracterizan por consumir muchas proteínas y grasas y pocos hidratos de carbono. El no tomar hidratos de carbono genera la producción en grandes cantidades de acetona, la cual produce náuseas, vómitos y falta de apetito. Esta inapetencia es la que provoca perder peso. La acetona además provoca mal aliento.
Con este tipo de dietas se pierde la misma cantidad de grasa que con una hipocalórica normal. Provoca el aumento del colesterol y el ácido úrico, disminuye el contenido de fibra lo cual produce estreñimiento. Disminuye también el de agua, magnesio, potasio, calcio, y no se aporta vitamina B, C y E.
Es la que más adeptos tiene porque con ella no es necesario estar pendiente de la cantidad de alimento que se puede tomar. La base de estas dietas es no mezclar proteínas con carbohidratos, ya que tanto uno como otro deben metabolizarse en diferentes medios: las proteínas en medio ácido y los carbohidratos en uno alcalino. La dieta funciona porque es hipocalórica, ya que se limita el consumo de grasas, azúcar, dulces, pan, frutos secos,…
También llamadas desengrasantes. Son dietas muy repetitivas que aportan pocos nutrientes, por lo que no es conveniente que se sigan durante mucho tiempo. Son dietas hipocalóricas también, que suprimen las proteínas y en la que predominan los hidratos de carbono de las frutas y las verduras. Con estas dietas se pierde agua y proteínas. Pueden utilizarse para desintoxicar el organismo, pero no es recomendable utilizarlas durante más de 3 o 4 días.
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