Gracias a los alimentos, nuestro cuerpo obtiene la energía necesaria para vivir, sin embargo, en muchas ocasiones, se tiende a comer por aburrimiento o por capricho. Se come sin tener ganas.
Comer de una forma equilibrada significa, saber exactamente lo que comemos y en qué cantidades. De esta manera los alimentos cumplirán eficazmente su función. Todos los alimentos, independientemente de la forma en la que se presenten llevan una serie de componentes gracias a los cuales nuestro organismo va a poder desarrollar una serie de funciones vitales básicas: aportar la energía necesaria a las células y servir como materia prima para que los tejidos y demás órganos del cuerpo se desarrollen. Una alimentación equilibrada, y por tanto saludable, debe estar compuesta por 7 elementos básicos: vitaminas, minerales, fibra, proteínas, grasas, carbohidratos y agua. El organismo es sabio, y se vale de dos herramientas para asegurarse que no se ingiera más cantidad de comida de la necesaria: sentir hambre y estar saciado. Muchas veces no hacemos caso a estas señales, y seguimos comiendo, lo cual deriva en sobrepeso u obesidad.Es necesario comer lo justo y necesario, pues no por comer más estamos mejor alimentados. De hecho se pueden desarrollar algunas enfermedades crónicas: hipertensión, colesterol,… Modificando algunos de nuestros hábitos e implantando otros más saludables, conseguiremos alimentarnos de una forma adecuada, que no nos lleve a coger más peso del necesario. – Es aconsejable comer de tres a cinco veces al día.– No olvidar nunca el desayuno.– Es necesario planificar diariamente nuestras comidas, y teniendo en cuenta esta planificación hacer la compra, evitando aquellos alimentos que pueden tentarnos en casa.– Sustituir ciertos alimentos, como las golosinas y los chocolates, por otros más sanos, como frutas o yogures. Siguiendo estos pocos consejos, realizar ejercicio de forma regular y olvidarse de pasar tanto tiempo en el sofá, es lo único que necesitamos para vivir de una forma más correcta.
Estamos hartos de que nos digan que para adelgazar hay que comer mucha fruta. Sabemos que tienen un número de calorías muy bajo, por lo cual son ideales para no engordar, pero aparte de esta propiedad tan conocida no sabemos mucho más de ellas.
Pues bien, la importancia de las mismas reside en que son fuente primordial de proteínas, al igual que las carnes, los vegetales y los productos lácteos.
Las proteínas son sustancias orgánicas esenciales para la vida de todos los seres vivos, y es por eso que sus células están compuestas en gran medida por ellas. Están formadas principalmente por aminoácidos, responsables totalmente de su valor nutritivo, aunque también tienen ácidos grasos, azufre y fósforo.
Las funciones de las proteínas son variadas. Entre todas ellas podemos destacar las siguientes: contribuyen a la formación y reparación de los tejidos de los animales, constituyen el núcleo de las células, son sustancias básicas para el proceso alimenticio, pues gracias a ellas se forman los anticuerpos (que nos defienden de las enfermedades) y se mantiene el equilibrio de los líquidos en el cuerpo, Además actúan como catalizadores, activando ciertas reacciones químicas gracias a las cuales se transforman alimentos en energía o se utilizan para crecer.
Como ya hemos mencionado antes, las proteínas se encuentran en las frutas, vegetales, lácteos y carnes, pero son las proteínas de las frutas las de mayor calidad. Las de las carnes y vegetales, por ejemplo, contienen purinas que pueden cristalizar algunas sustancias como el ácido úrico y algunos productos tóxicos, y acabar desarrollando problemas de reuma y otras enfermedades relacionadas con el ácido úrico. Aunque muchos especialistas recomiendan no tomar carne, ésta no tiene porque ser dañina si se toma con mesura, siendo beneficiosa para obtener proteínas.
El consumo de fruta diariamente es básico no solo para obtener un buen aspecto externo, perdiendo kilos y no engordando, sino también para conseguir uno interno mucho más saludable.
Las carnes son uno de los productos constituyentes de la alimentación del ser humano que más controversia genera entre gran parte del público especializado (nutricionistas, dietistas,…) y no especializado. El abuso en el consumo de las carnes, especialmente las rojas, puede llegar a provocar problemas graves para la salud, debido a que a través de ellas se ingieren sustancias que en un contenido elevado pueden ser nocivas para el cuerpo y alterar su correcto comportamiento. Sustancias que en cantidades moderadas sería beneficiosas se convierten en un gran peligro para aquellos individuos que no pueden evitar comer carne en exceso. El caso más conocido es el colesterol, que regula algunas funciones en el organismo a nivel celular, pero que en cantidades elevadas provoca una subida de la tensión arterial (hipertensión), así como paros cardíacos o acumulaciones de grasa que pueden llegar a taponar las venas. El ácido úrico, que de forma positiva favorece la movilidad y el desplazamiento del cuerpo es otro ejemplo, pues puede generar dolor que incapacite e incluso producir gota debido a que este producto se concentra en las articulaciones y terminan por inflamarse. También la forma en la que las carnes se preparan aumenta los factores de riesgo: cocer y dorar al fuego de forma directa (ya sea en carbón o leña) puede producir productos cancerígenos que provocan tumores en el intestino grueso, delgado y estómago. Todo esto unido a que, normalmente, el asiduo de las carnes práctica otra serie de conductas nocivas para la salud, como la toma de alcohol, tabaco, falta de ejercicio o una escasa diversidad de alimentos en su dieta, hacen que se convierta en una bomba de relojería. Aunque el consumo de carnes, cuando es excesiva, es mala, no es recomendable erradicar del todo su consumo porque aporta nutrientes esenciales para el cuerpo: vitamina B12 (que previene la anemia y favorece la formación de la hemoglobina), proteínas (aportan aminoácidos básicos para la formación de los músculos, piel, sangre y órganos) y minerales como el Zn, Ca y Fe. Una alimentación saludable, por tanto, debe contener una gran variedad de nutrientes diferentes, entre ellos la carne, que pueda proporcionar al organismo humano todas las sustancias nutritivas que necesita. Cualquier problema o duda sobre la alimentación correcta a seguir, en cuanto a los alimentos básicos que deban estar presentes así como las cantidades en las que éstos deben ser tomados, debe ser aclarada por un médico nutricionista.
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